viernes, 28 de marzo de 2014

Aumenta la recaudación, el endeudamieto y se deprecian los salarios

La Provincia aumentó su recaudación impositiva el mes pasado, casi un 58%. La noticia, que en otro momento hubiese sido anunciada con bombos y platillos, prácticamente pasó desapercibida.

Es que el gobierno provincial no puede explicar por qué, luego del impuestazo que afectó a todos los entrerrianos y que produjo semejante incremento de la recaudación, ofrece un magro 26% de aumento, salarial en cuotas, a los trabajadores estatales. Peor aún teniendo en cuenta que según las previsiones, este año la inflación seguramente será mayor al 35%.

Reformas y acuerdos

El 12 de diciembre, los entrerrianos nos enteramos que, tras un acuerdo entre Urribarri y los gremios estatales, se impulsaba en la Legislatura una reforma impositiva en la provincia con el objetivo de mejorar salarios.

En el presupuesto aprobado por la legislatura provincial para el 2014 el Ejecutivo provincial proyectó un aumento interanual de la recaudación provincial del 20,6%, pero al controlar los números de la recaudación de febrero, que el mismo gobierno publicó, nos encontramos con la asombrosa noticia que la recaudación de ese mes aumentó el 57,37%, respecto al mismo período del año pasado. Ese aumento de la recaudación impositiva no es otra cosa que el resultado de esa reforma impositiva consensuada con una cúpula gremial obsecuente, más el descontrolado proceso inflacionario que ha provocado un gobierno que –por suerte- ha entrado en su última etapa.

Más endeudamiento para la provincia e impuestazo para todos

Si, por ejemplo, analizamos la variación interanual del impuesto a los ingresos brutos, que pagan hasta los quiosqueros, respecto al año 2013 observamos que en el período enero-febrero de ese año la recaudación fue de 289 millones, pero en ese mismo período del corriente año recaudaron 469 millones, un 62% más.

Hemos dicho repetidas veces que lo que hizo Urribarri no fue otra cosa que aplicar un impuestazo feroz que está asfixiando a todos los entrerrianos, sobre todo a los que menos tienen. Inclusive, a los trabajadores estatales a quienes supuestamente se pretendió beneficiar. Y no conforme con eso ha colocado este miércoles nueva deuda en letras por cerca de 153 millones de pesos.

La síntesis de la crónica de una pesadilla anunciada:

Primero el gobierno nacional se apropió de recursos genuinos de las provincias y los municipios, y algunos gobernadores -como el nuestro- no los reclamaron. Después negaron con obcecación una inflación que provocaron, y que carcomió y carcome los salarios de trabajadores y jubilados. Luego, producto de su mala praxis económica, el kirchnerismo se quedó sin recursos para seguir ayudando a los gobernadores, incluso a los más obsecuentes -como el nuestro- Entonces, ¿qué hicieron esos gobernadores? El nuestro, por un lado, está endeudando la provincia mes a mes, y como tampoco le alcanza aplicó el método más rápido, más fácil y a la vez el más cruel para los entrerrianos: un impuestazo sin precedentes, apañado en la mentira de que el aumento de recaudación sería destinado a mejorar los salarios de los trabajadores.

A todas luces el gobierno planeó una estafa, y el negocio le está dando resultados con creces. Tenemos derecho a seguir pensando que a la diferencia a favor debe estar planeando utilizarla para financiar su nuevo sueño imposible: ser presidente de la nación.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Urribarri somete a un "brutal ajuste económico” a los trabajadores para “pagar su aventura” presidencial.

De haber sido honesto, Urribarri nos habría dicho que para lograr su sueño entrerriano, aparte de votos, necesitaba que le hiciéramos un enorme aporte de dinero, y que para eso nos iba a someter a todos, especialmente a los asalariados, a un brutal ajuste económico.
Con total desparpajo, Urribarri por un lado pide competitividad a las actividades productivas; dice que se va a poner al frente de los precios cuidados -que no se consiguen en ningún pueblo entrerriano- y no comprende por qué los docentes no aceptan el escaso 26,2 % de aumento en dos cuotas, que les propone. Pero como si esto no le alcanzara, aplica subas de impuestos brutales en todos los órdenes, con la excusa de una falsa reforma impositiva progresista, apoyado por algunos burócratas sindicales.
El gobierno provincial ya había incrementado en 2012 el Impuesto Inmobiliario Rural hasta un 500%, y ahora castigó a todos los entrerrianos con una reforma tributaria, que otra vez aumenta los impuestos rurales, pero también los inmobiliarios urbanos, los automotores, las actividades productivas, los servicios públicos y el acceso a la justicia.

Esta medida, igual que los inauditos aumentos del impuesto inmobiliario urbano o el incremento a las patentes entre el 40 y el 256%, perjudican a todos los entrerrianos.
¿Creerá que el propietario de una camionetita Saveiro año 1996, utilizada para trabajar, es un poderoso o un terrateniente? Porque sólo así -según el argumento del impuestazo- se justificaría el aumento del 191% de la patente.

Urribarri debe explicar por qué asegura que no está en condiciones de dar el aumento que se merecen los trabajadores estatales, a pesar de que se aumentó la coparticipación en enero y febrero un 42%, de que la inflación de los últimos 14 meses supera el 40%, y de que se aumentaron de manera brutal los impuestos provinciales.
¿Estará buscando financiamiento para su aventura de ser candidato a presidente por el kirchnerismo? De otra manera no se entiende el ajuste salvaje al que está sometiendo a todos los entrerrianos.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Es urgente abordar el problema de la droga y el narcotráfico

Asistimos al ocaso de un ciclo político que tuvo logros importantes, todos en su primera época, pero –lamentablemente- son sus desaciertos los que van a dejar huellas profundas en esta Argentina de principios de siglo.
Podríamos abordar innumerables errores de la mal denominada “década ganada” y ejemplificarlos con pocas palabras. Sus decisiones políticas desacertadas -muchas tomadas con soberbia e incluso algunas con desidia- son muy sencillas de definir, porque están a la vista.
Podríamos hablar de la pésima gestión económica de los últimos tiempos, del crecimiento exponencial del gasto público, de la patética política agropecuaria, del atraso del país (comparado con todos los vecinos que han sabido aprovechar la oportunidad económica que hoy tiene la región), de la ineficiencia para resolver los problemas de la inseguridad, de la corrupción estructural, de la deficiente política energética, entre otros problemas que el gobierno de los Kirchner no ha sabido o no ha querido solucionar.
Pero uno de los temas más preocupantes en los que ha estado ausente, e incluso ha colaborado para que se arraigue, es el de la droga y el narcotráfico.
Hoy todos los diarios nos traen alguna noticia vinculada a este triste flagelo. Días pasados, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, fue alertado en Washington de la preocupación que existe en los organismos internacionales, como la OEA, el BID y el Banco Mundial, sobre el avance del narcotráfico y el crecimiento de la violencia en las provincias del centro del país, como la suya, Córdoba y Entre Ríos. Los que día a día recorremos la provincia sabemos que, efectivamente, los entrerrianos estamos inmersos en esta problemática. En las grandes ciudades, las bandas se enfrentan violentamente y en nuestros pueblos crece la venta y el consumo de drogas. Como consecuencia, en todas, aumenta la inseguridad.
Creo necesario decir que desde el radicalismo hace mucho tiempo venimos alertando sobre los errores del gobierno en esta materia.
Lamentablemente, más temprano que tarde estamos viviendo las consecuencias de la desdichada “ley de blanqueo”, que el kirchnerismo impulsó como un manotazo desesperado para recaudar algunos dólares, sin importar la procedencia. Cuando se aprobó esa ley, en mayo del 2013, dijimos que corríamos el riesgo de transformarnos en un “narcopaís”. Hoy todos los expertos en la materia reconocen que Argentina se ha convertido en un destino cierto, para jefes narcos de otros países. Y como una muestra más de obcecación, en diciembre el gobierno prorrogó la ley, por tres meses más. Mientras, el kirchnerismo agobia con inflación a los argentinos en general, y con impuestazos a los entrerrianos en particular, seguimos siendo un paraíso fiscal para los jefes narcos de otros países.
Hace tiempo hemos denunciando también el colapso de nuestros controles fronterizos y el deficiente sistema de radarización. Dijimos que el trasladado de gendarmes a la Provincia de Buenos Aires -con fines electoralistas- iba a profundizar el estado de desprotección en el que ya se encuentran nuestras fronteras, y también hemos exigido que el Sedronar salga de su letargo y cumpla su función, que es implementar políticas de prevención del narcotráfico, y atención y rehabilitación de los pacientes adictos.
En síntesis, estamos asistiendo en nuestro país y en nuestra provincia a la consolidación del drama de la droga, producto de la ofensiva del negocio del narcotráfico, pero también de la inacción y la negligencia del gobierno, porque –lamentablemente- este flagelo no forma parte de su agenda de políticas públicas.
Nosotros desde el radicalismo, aparte de alertar y denunciar el problema, hemos presentado el pasado año, un proyecto de ley integral de control al narcotráfico -del que soy cofirmante- y que incluye la posibilidad de derribo de aeronaves de narcotraficantes. Creemos que es un aporte concreto para abordar seriamente el problema, y esperamos que pueda ser debatido pronto, para contrarrestar –en forma urgente- esta actividad criminal.